Las formas y los elementos que hay en nuestro entorno afectan la manera en la que nos concentramos, nos sentimos o descansamos. El Feng Shui es una disciplina que nos ofrece las herramientas para modificar el espacio de tal manera que promueva éxito, salud, riqueza y felicidad a sus habitantes. “Cómo es adentro es afuera, cómo es arriba es abajo” son ideas básicas para esta filosofía, ya que se aplica a escalas macro como ciudades o edificios y también a escalas micro como cuartos o escritorios. En el caso de los niños, la recámara es el primer lugar que identifican como propio, en el que aprenden a descansar, jugar y medir su entorno. Las herramientas del Feng Shui pueden ayudarte a crear un espacio armónico para tu bebé desde tres puntos de vista principales:
a. Escuela de las formas. Analiza el flujo de la energía a través del espacio, determinando la entrada, salida, velocidad, fuerza, movimiento y estancamiento de esta energía. Se modifica la colocación de los objetos dentro del espacio para lograr que el flujo de la energía sea suave y armónico, sin estancamientos y sin flechas agresivas.
b. 8 direcciones. Se basa en las direcciones cardinales, en los cinco elementos que se identifican con cada una de ellas (fuego, tierra, metal, agua y madera) y la forma en la que estos elementos se relacionan entre sí. Se busca que los elementos dentro del espacio formen relaciones constructivas. La fecha de nacimiento de tu bebé determinará sus direcciones favorables para descansar, estudiar, comer, etc.
c. 8 aspiraciones. Se basa en los ocho aspectos principales que intervienen en la vida del ser humano: familia, fortuna, fama, amor, creatividad, benefactores, trabajo, conocimiento y salud. Cada una también se asocia con uno de los cinco elementos y se apoyan con las relaciones constructivas entre ellos.
Arq. Alejandra González Sariñana
Consultora certificada de Feng Shui